Empate insípido que añade más presión a Rubén Torrecilla (0-0)
Los herculanos han cosechado tan solo cuatro de quince puntos posibles

Otro suspenso para el Hércules de Rubén Torrecilla. Los blanquiazules tenían la presión de reengancharse a la liga tras una sequía de puntos y con la continuidad del míster extremeño pendiendo de un hilo. ¿El resultado? Más de lo mismo. Los herculanos ofrecieron un juego apático y sin ideas ante un Alcorcón rocoso y satisfecho con el empate.
Ya de inicio Torrecilla no dio continuidad al esquema de tres centrales de Cartagena, a pesar de que él mismo lo valoró positivamente en la rueda de prensa en Cartagonova. En este caso, la novedad en el once fue Unai Ropero en la zona de mediapunta junto a un doble pivote con Ben Hamed y Mangada. Llegó también el regreso de Rentero tras cumplir sanción, y Slavy fue el nueve herculano.
La primera parte fue olvidable en todos los sentidos: no pasó absolutamente nada. El primer aviso del partido fue de el exherculano Borja Martínez al cuarto de hora. El Hércules, por su parte, solo tuvo una tímida ocasión de Soldevila tras un centro de Javi Jiménez desde la cal. Los visitantes solicitaron la revisión del FVS por un posible penalti de Rentero, aunque el árbitro mantuvo su decisión. La primera parte acabó con mal sabor de boca para los herculanos y con muy poco fútbol ofrecido en el verde.
Reacción inmediata en la segunda mitad
El paso por vestuarios fue tremendamente positivo para el Hércules. Torrecilla movió fichas en el descanso, y Bolo relevó a Samu Vázquez, dejando a Sotillos como encargado del lateral derecho. Javi Jiménez, que fue de lo mejor del Hércules, realizó una incursión por banda izquierda que culminó Rojas. El disparo se marchó arriba, pero fue suficiente para animar a los 8.358 espectadores del Rico Pérez. Lo volvió a intentar Ben Hamed hasta en dos ocasiones, y Bolo cabeceó un balón a las manos de Gaizka. En tan solo siete minutos, el Hércules generó más ocasiones que en todo el resto del partido.
Sin embargo, el vendaval ofensivo se consumió como el fuego de una cerilla. Un tímido disparo de Javi Jiménez culminó el breve momento positivo de los blanquiazules. El partido regresó al soporífero escenario de la primera mitad, a pesar de que Torrecilla trató de tocar teclas dando entrada a Roger Colomina y más tarde Fran Sol y Jeremy De León. Ya casi en el 90′, entró Galvañ para sustituir a Sotillos.
Los últimos minutos de encuentro, con un Alcorcón más ofensivo, terminaron de desesperar al Rico Pérez. Javi Jiménez bloqueó una peligrosa ocasión de los visitantes, y Carlos Abad salvó al Hércules de la debacle con un paradón a Jordi Pola. Los blanquiazules, algo desconcertados, comenzaron a cometer errores; uno de ellos pudo costar un gol con una pérdida de balón infantil en campo propio. El partido finalizó con la afición herculana enfadada con Rubén Torrecilla.
El futuro de Torrecilla

El paso al frente que el míster pidió en la previa al final fue inexistente. El Hércules necesita un giro para poder levantar cabeza, y los aficionados piden responsabilidades. Los focos están puestos sobre Rubén Torrecilla, cuya continuidad está más en duda que nunca. Pasan las jornadas, pero en rueda de prensa el míster extremeño continúa en sus trece: «Ha sido un partido entre dos equipos buenos, los chavales se han dejado todo y han competido al máximo nivel. Les doy la enhorabuena, así estamos más cerca de conseguir la victoria».
La paciencia de los aficionados cada vez es menor, y se volvieron a escuchar cánticos de «Torrecilla dimisión». Sin embargo, el entrenador herculano fue muy tajante al respecto: «No es la primera vez que piden mi dimisión, ya la pidieron hace dos años. La gente es soberana y se piensa que yo soy el culpable de todo. Tengo parte de culpa y lo acato». Rubén Torrecilla también manifestó que su equipo, a pesar de no obtener resultados, «siempre se deja todo en el campo». Con trabajo, según Torrecilla, el equipo será capaz de obtener resultados.
Torrecilla pide confiar en el trabajo que la plantilla y el cuerpo técnico está realizando, pero la realidad es que el tiempo se agota, y el futuro de Torrecilla todavía es incierto. Si bien habrá que estar a la expectativa durante esta próxima semana por el futuro del técnico de Jarandilla de la Vera (que es la cara visible), también habrá que reflexionar e ir más allá. El nivel de la plantilla, los objetivos de la temporada, el nivel individual de los jugadores, fallos tácticos… Todo ello debe estudiarse con detenimiento, pues el tiempo corre, las jornadas pasan y los errores no perdonan.