Javichu: «Me apetece cambiar de aires, es algo que como llevo muchos años en el Hércules no he hecho nunca»
El mediocentro del Juvenil A se despide del Hércules después de muchos años y pone rumbo a Estados Unidos

Javier Pérez ‘Javichu’ (15/1/2005, Alicante) ha sido uno de los capitanes del Juvenil A que ha logrado la permanencia en División de Honor. El mediocentro es uno de los pocos jugadores que estuvieron presentes en el ascenso desde Liga Nacional, ha contado con protagonismo este curso en la máxima categoría juvenil y, tantos años después que es difícil saber hasta para él mismo, dejará el Hércules. Este verano partirá hacia Estados Unidos, donde jugará en la William Penn University, en Iowa.
Pregunta: Acabasteis la liga el 4 de mayo, pero terminasteis de entrenar la semana pasada. ¿Qué tal estas semanas sin tener partidos?
Respuesta: Han sido unas semanas más relajadas, disfrutando todos juntos. Es verdad que ha faltado mucha gente. Por ejemplo, yo en la última semana falté porque tenía que hacer unas cosas de papeleos. Ha sido una semana muy tranquila, disfrutando mucho de nuestros últimos entrenamientos como juveniles.
Os salvasteis en la última jornada contra el Alzira. ¿Cómo fue esa semana previa al partido?
Fue tensa. Al fin y al cabo todos los futbolistas, o los que juegan en categorías altas, viven esa tensión. Sabíamos que teníamos presión, porque es real en el mundo del fútbol, pero estábamos convencidos al cien por cien de que íbamos a ganar desde el lunes que lo hablamos todos tanto con Mamen, que ha sido muy importante durante toda la temporada, junto con nuestros entrenadores. Sabíamos que íbamos a ganar y lo conseguimos.
En la última jornada erais tres equipos intentando evitar el descenso: Conquense, Murcia Promises y vosotros. Al final se salvaron los murcianos junto a vosotros. ¿Te esperabas este desenlace?
Lo dije. A mitad de temporada dije que nos íbamos a salvar el Murcia Promises y nosotros. El Promises tenía un buen equipo, es una cantera muy fuerte. Además, el Conquense se lo jugaba todo en la última jornada contra el Real Murcia y no iba a palmar sabiendo que su B, por decirlo de alguna manera, tenía que ganar y que el Conquense perdiese. Tenía clarísimo que nos salvábamos el Murcia Promises y nosotros.
¿Qué tal fue la celebración? ¿Hubo mucho festejo?
No, hubo una celebración normal. Los jugadores y parte del staff nos fuimos a tomar algo. Luego también nos invitaron a una comida en el palco. Estuvo muy bien.

Eras uno de los capitanes del Juvenil A. ¿Sentías un poco más de responsabilidad o incluso ansiedad por salvar al equipo?
Más que ansiedad o presión lo que sentía es que lo teníamos que lograr. No me valía de nada el ascenso del año pasado para que subiese y lo mandase para abajo otra vez. Me senté a hablarlo con los capitanes y con gente del club como Endika, Mompean, Diego Carrión, que lleva un año en el club, pero quiere al Hércules como si fuese su casa. Estábamos convencidos de que lo íbamos a salvar. Más que presión es responsabilidad y enseñar a los jóvenes el sentimiento de club, de que esto es el Hércules y tenemos que estar arriba.
A falta de cuatro jornadas se produce el cambio de entrenador, con la llegada de Josele por Gaspar Campillo. ¿Qué cambió Josele?
Cambió un poco la dinámica del equipo. Gaspar aportó muchas cosas buenas y tiene parte del mérito de esta salvación, porque es verdad que el tiempo que estuvo hizo que el equipo puntuase mucho. Lo malo del fútbol es que cuando tienes malos resultados te largan. Entró Josele, que nos aportó cosas buenas. Proponía un juego bastante más de fútbol del que me gusta a mí por ejemplo, más de jugar, al toque. Sobre todo propuso un cambio de aires, intentar devolver la felicidad al equipo que faltaba, no por culpa de Gaspar, si no porque estábamos un poco quemados. Veíamos que trabajábamos y no lográbamos lo que queríamos, pero bueno. Solo quiero decir que tanto Gaspar como Josele tuvieron un papel muy importante. Gaspar es un profesional de diez, Josele es otro profesional de diez y con el trabajo de todos logramos mantenernos.
«No nos planteábamos descender. En nuestra cabeza lo único que estaba era permanecer, permanecer, permanecer»
¿Hay algún momento de la temporada, un partido o un gol, que fuese un punto de inflexión? ¿Un momento a partir del cual creyeses más en la permanencia que antes?
Todos creíamos desde un principio. Estábamos muy mentalizados de que lo teníamos que lograr, el club nos dio un objetivo tan claro que no había otra opción, o lo conseguíamos o lo conseguíamos. Una de las claves fue esa. No nos planteábamos descender. En nuestra cabeza lo único que estaba era permanecer, permanecer, permanecer. Como no teníamos otra opción lo hicimos.
Tenéis un tramo entre diciembre, que ganáis al Castellón, y febrero, en el que no ganáis ningún partido. Es la parte más complicada del curso. ¿Cómo se gestionaron esos meses dentro del vestuario?
Son momentos complicados, pero es cuando más unido tiene que estar el vestuario. Con el tiempo te das cuenta que los jugadores mandan. Si vosotros queréis, sois los que tenéis que sacar la situación para adelante. Te ves en situaciones difíciles durante la temporada, que no son normales porque perder tantos partidos no es algo normal, pero tienes que saber afrontarlo y estar más unidos que nunca. El equipo lo logró, conseguimos tirar hacia adelante y alcanzar el objetivo.
Habéis estado varios juveniles entrenando con el primer equipo e incluso en convocatorias, pero el único que ha debutado es Abdoulie Bojang. ¿Qué potencial le ves?
Tiene mucho talento, es muy bueno. Tiene una cosa que es súper importante para mí, que le da igual todo, sale a jugar y disfrutar. Como no entiende ni una mierda, perdón por la expresión, solo sale, disfruta y juega. A lo mejor tácticamente tendría que mejorar un poco, pero es muy bueno. Es un jugador que, como es diferencial como se ha visto aquí en el Juvenil A que ha marcado muchos goles, la táctica la cogerá dentro de poco. Pienso que puede llegar a ser un jugador muy importante en el Hércules.
Hablando sobre tu futuro. ¿Qué sientes cuando el árbitro pita el final contra el Alzira y sabías que era tu último partido con el Hércules?
Esto es un poco complicado. Lo hablaba la semana de antes con Endika, que llevo toda la vida jugando con él, o con Mompean, que aunque lleve solamente dos años compartiendo equipo me he enfrentado a él muchas veces. Lo hablé en una comida que hicimos: «Chicos, disfrutar de este momento porque nos vamos a acordar toda la vida de nuestro último partido como juvenil». Sentí más emoción sobre todo al principio. En el grito me dije que era nuestro último grito con mi equipo, con mi familia alrededor porque entraron todos los padres. Después ya sentí felicidad por haber logrado lo que quería, un ascenso y una permanencia en la máxima categoría. Muy contento de conseguirlo.
Te vas a la universidad William Penn, en Iowa. ¿Cómo surge la oportunidad de irte para allá?
Llevaba pensándolo ya bastante tiempo. Es una oportunidad que no podía rechazar. En Estados Unidos ponen demasiadas facilidades para los deportistas y los estudios. El año pasado me lo planteé, pero decidí quedarme para disfrutar un poco de la categoría. Son ofertas que no puedes rechazar por la cantidad de cosas que te ofrecen.
Me imagino que no te costaría tomar la decisión, ¿no?
Me lo venía pensando varios años, no solo a nivel deportivo, también a nivel profesional. Te costean carreras que valen cantidades de dinero que son casi impagables. En lo deportivo también son interesantes. El nivel es muy diferente, porque en Estados Unidos es más bajo que en España, pero te encuentras jugadores muy buenos también. Me sorprendí con el nivel que había. Jugadores de 3ª RFEF de Cataluña, de la Damm que es una cantera muy potente. Muy contento, con ganas de irme para allá y comenzar una nueva etapa. También me apetece cambiar de aires, es algo que como llevo muchos años en el Hércules no he hecho nunca. A ver que se cuece por Estados Unidos.

¿Has podido preguntar a alguien que haya estado en Estados Unidos? ¿Tienes alguna referencia de alguien que conozcas o vas de nuevas?
He estado allí entrenando con varias universidades algún verano sabiendo cómo funcionaba todo el sistema de universidades. Es una oportunidad muy buena. Además, cada día se está profesionalizando más el fútbol estadounidense porque muchos chavales a nivel mundial se van para allí. He estado viendo el mundillo, como viven y entrenan. Es todo muy muy profesional. Son ofertas irrechazables.
¿Crees que te vas a costar adaptarte?
Creo que no. Aparte de que he estado allí, y he vivido lo que es, es algo muy profesional y con muchas facilidades. Entrenas como si fueses un equipo de primera división casi, dos entrenamientos diarios, instalaciones de primer nivel, campo de césped natural. Y a nivel académico, estudiando tu carrera te tratan de manera diferente por ser deportista. Allí en Estados Unidos te ponen mucha facilidad los profesores. Por ejemplo, te ayudan a entregar los proyectos más tarde porque entienden que tu prioridad es entrenar. Creo que no me va a costar adaptarme. Además, me considero una persona bastante independiente, que me adapto bien a las situaciones y me gusta vivir experiencias nuevas. Esto no es para todo el mundo. Te tienes que lanzar, cruzarte el charco e irte lejos de familia, amigos y gente que quieres, pero es una experiencia vital y me va a hacer mejor persona.
¿Tienes algún objetivo a nivel particular para Estados Unidos?
Objetivos a nivel profesional, no hablando del fútbol, sí tengo muchos que me gustaría lograr a lo largo del tiempo. En lo deportivo quiero disfrutar e intentar llegar lo más lejos posible. Como sueño me gustaría ganar un campeonato nacional con mi equipo, mis futuras universidades. Y llegar lo más lejos. No voy a parar, voy a tirar hacia adelante y donde el fútbol me lleve. Si el fútbol me quiere ver debutar en la MLS (Major League Soccer, la liga estadounidense) me verá, y si no pues no, pero siempre con el respaldo de una carrera profesional muy potente. En Estados Unidos, yo que quiero estudiar algo en relación a los negocios, están cuatro o cinco pasos por delante que aquí.
«Me quedo con la gente y lo que he aprendido, que me han hecho mucho mejor jugador de lo que soy»
Hablando sobre tu etapa en el Hércules, ¿qué balance haces de todos estos años?
Han sido años muy bonitos en los que he jugado en las máximas categorías en las que podía jugar. He tenido experiencias brutales. Sobre todo he hecho amigos y he conocido a entrenadores que se quedan en mi recuerdo para siempre. Ya les he dicho que volveré a verlos a todos. Me quedo con la gente y lo que he aprendido, que me han hecho mucho mejor jugador de lo que soy. Gracias a ellos me salen ofertas como la de Estados Unidos que no puedo rechazar. Gracias a todos mis entrenadores, jugadores, amigos que me han hecho mejor jugador y me han dado la oportunidad de irme a cumplir un sueño, que es cruzar el charco para hacer lo que me gusta, jugar al fútbol, y estudiar. A mis amigos más cercanos (Endika, Mompean…) ya les he dicho que cuando quieran ir a Estados Unidos les enchufo en mi equipo, que tienen talento de sobra. Ellos tienen otros retos, otra forma de pensar a la mía y ojalá les vaya genial, porque tienen la capacidad para ser futbolistas. Siempre les apoyaré, porque son mis amigos.
Para acabar, ¿tu mejor y peor recuerdo en el Hércules?
Mi mejor recuerdo el año del ascenso a División de Honor. Hicimos un vestuario muy unido, una familia. Y el ascenso es algo muy bonito que no había vivido nunca. Esta liga también la recuerdo con mucho cariño, a lo mejor no tanto porque el ascenso es muy bonito, pero esta permanencia también la recuerdo muy bien. Mi peor momento lo hablaba con Endika, que siempre nos pasamos todo el día juntos cuando estamos en el equipo, en Cadete Autonómico. Nos jugábamos el descenso en la última jornada y lo perdimos. Además, lo hablamos antes del partido contra el Alzira, que no aquí no podíamos fallar. No fallamos.